Toda ciudad elabora su propio relato. Novelistas y cineastas, cartógrafos y urbanistas, publicistas y poetas, cronistas los unos y expertos los otros que narran y representan la ciudad, con sus novelas, mapas y lemas la hacen ser grandiosa o decadente, insurgente o dócil. Las novelas clásicas del París revolucionario, la filmografía del Nueva York cosmopolita o los mapas institucionales de la ciudad turística nos muestran una versión de la ciudad mientras esconden, ignoran e invisibilizan muchas otras. La ciudad formal gobierna con el mismo rigor el trazado de sus calles y los relatos de su historia.
Frente a la gran narración urbana hemos presenciado en tiempos recientes esfuerzos por contar una ciudad distinta de una manera diferente. Una historia alternativa y humilde es alumbrada por vecinas que documentan y relatan la desbordante vida urbana de huertos comunitarios y espacios auto-gestionados. Movimientos sociales, proyectos activistas y vecinos de cualquier porte dan cuenta de la ciudad construida con sus propias manos. Lo hacen mediante mapas que dibujan geografías de la inventiva vecinal y archivos que cuidan del pasado y proyectan aspiraciones futuras. A través de ilustraciones que redistribuyen otra sensibilidad urbana y mediante tecnologías digitales donde relatarse y relacionarse se entremezclan, un afán documental expande los márgenes de la ciudad.
El ejemplo paradigmático de los géneros urbanos que cuentan esa singular ciudad estaría representado por los manuales. Documentos sencillos y humildes que describen una ciudad que se autoconstruye y aprende. Con la forma de guías, catálogos, instrucciones y formatos diversos que refieren cómo construir mobiliario, hacer una asamblea o usar tecnologías. Estamos ante manuales que no prescriben sino que describen, documentos elaborados con la aspiración de instruir nuevos aprendizajes.
La ciudad manual, hecha a manos por sus propios habitantes, explora las estéticas visuales, los formatos de información y las infraestructuras de la narración que una urbe tal requiere. Manuales de ciudad para una ciudad manual que se hace cargo de la tarea de contarse a sí misma.
SECCIONES MaM II. Archivos | Manuales | Mapas
Archivos.
Archivos construidos en común dan cuenta de la ciudad que habitan, cuidan e intervienen. Infraestructuras narrativas de una ciudad en construcción, los archivos alimentan imaginaciones desobedientes y sostienen la experimentación política.
Manuales.
Guías y manuales que nos invitan a diseñar, construir y cuidar las condiciones materiales de nuestras vidas en común: plazas, parques, huertos y barrios. Por tanto, no ya manuales de ciudad sino ciudades manuales, ciudades hechas a mano.
Mapas.
Planos, mapas y ensoñaciones cartográficas a través de las cuales hemos descubierto no sólo nuevas historias y nuevos relatos sino también otras imaginaciones técnicas, otras sensibilidades de lo político y lo material.
IMAGEN. Ilustración de una manifestación del 15M. Enrique Flores.